viernes, 2 de enero de 2015

¡Medítalo!

La vida es un intervalo que se sostiene entre las costas infinitas del plan divino. Sus cuerdas de plata soportan el puente del tiempo y las alas del alma.



Nacer es estar en ese puente entre la vida y la muerte, ese intervalo sagrado que tantos profanan; en su ignorancia, tan ancha como las sendas de la perdición, son llevados a treparse en el tope de la paciencia de aquel que con un soplo animó su carne. De una fumada convierten en cenizas pensamientos y recuerdos de papel y vomitan como humo el pan de la sabiduría que los alimentó.



Recordemos que el Altísimo sopló en la nariz de Adán su aliento, y cuando morimos ésta es la primera en descomponerse, el útero es lo último. La paciencia es vida. ¡Medítalo!


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