lunes, 9 de febrero de 2015

¡​Mengua​​!

Cuando mueres, el ego comienza a vivir el propósito divino y esa vida es la que compartirás con aquellos para los cuales tu ejemplo y valor cuentan; ahí comienza un accionar de consistencia, pasión y gozo, cuya marca queda ceñida a la placenta de tu destino. Ahora bien, que nada ni nadie te distraiga o robe la firmeza de tu determinación, esa que viene de saber que Dios está de tu lado, trabajando contigo, desarrollando lo inesperado, ignorado y trascendente de tu esencia. Es necesario menguar para que El crezca.



Desde tu interior está entretejiendo su milagro con tu vida y desde allí será expuesto. Aquella que una vez fue la plataforma de tu dolor, pasará a ser la tribuna escogida para exhibir sobre ti la bendición que estuvo cautiva.


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