miércoles, 17 de junio de 2015

¡Levántate!​ ​

​​No importa la avalancha de triunfos que tenga un alma, cuando los vientos del desánimo la persigan pueden hacerla huir de su estandarte y empañar su visión de futuro. Son muchos los que ruedan como un caracol al vaivén de pensamientos acusadores y derrotistas, dejando atrás grandes pronósticos y jugosas oportunidades en la orilla, simplemente porque la fortaleza fue estrangulada por circunstancias estratégicas, de esas que preseleccionan sus víctimas. Pero quiero decirte mientras respiras desaliento, que el Soberano determinó sostenerte, bendecirte y darte victoria; asúmelo traspasando los vientos contrarios y la resonancia de sus argumentos, tus recaídas no son el medidor de tu entereza, lo es la curvatura con que tu fe se erige sobre los desafíos. Levántate, el desánimo jamás podrá vencerte, solo puede hacerte creer que lo estás. 

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