domingo, 17 de abril de 2016

¡Cómo una cruz!

Luego que tuve conciencia de muchas verdades relacioné el símbolo del amor con una cruz, en vez de un corazón. El amor placentero se viste de corazones porque es el amor “que da”, que busca placer y satisfacción en una relación.

Pero el amor de la cruz es el amor que “se da” incondicionalmente y sacrificialmente. Una cruz en nuestro corazón lo divide en cuatro cuadrantes semejantes a nuestras etapas de infancia, juventud, madurez y ancianidad; una infancia y juventud cargadas del amor de Cristo, nos recargan, alargan la vida y su calidad.

Amar es tomar la cruz del compromiso para cargar el peso de los corazones agotados por los pesares. La cruz representa al mismo corazón de Dios sembrado en el calvario del nuestro para que el amor triunfe siempre. l

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