Una cosa es segura, Dios ha decretado que somos más que vencedores, hijos que pueden abrirse paso en cualquier cuestión divina y humana. Porque Él mismo está en esencia en nosotros y nos ha otorgado fe poderosa para recorrer victoriosamente todo nuestro existir.
Esto debe afirmarte el hecho de que cuando oras y dices: Señor, soy tuyo, te amo, soy uno contigo en el Cuerpo de Cristo, soy favorecido con tu gracia y misericordia, tu oración actúa como un comando de voz que abre las ventanas de los cielos y las puertas del corazón del Padre, San Juan lo dijo así: Si le pides al Señor y el Señor te oye, ya tienes respuesta a las peticiones que le has hecho. ¡Qué bien!
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
miércoles, 19 de agosto de 2015
¡Pídele!
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