El Apóstol San Juan en su evangelio destaca esta frase particular del profeta Juan el Bautista: “Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe.” . Y con respecto a ser llenos de las cosas de Dios y de Su Espíritu debemos tener menos de nosotros cada vez, o tendremos un choque de poderes por el trono de nuestro corazón. San Pablo lo dijo de esta manera: “Todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo”. Filipenses 3:7. Los beneficios de la plenitud de Dios son incalculables, su amor, presencia y sabiduría hacen ver hasta despreciables nuestras muy valiosas posesiones cuando estamos bajo su influencia. Pero un hombre lleno de sí mismo jamás experimentará tal gloria.
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