lunes, 1 de septiembre de 2014

¡Soporte divino!

El hecho de que estemos amparados con soportes poderosos no significa que en algún momento todo lo que tenemos pueda estar bajo niveles de fragilidad insospechados. Fragilidad que las circunstancias ocultan convenientemente. Y ahora mismo podrías estar muy frágil, vulnerable a caer con sólo una mala pisada. De repente, una eventualidad lo cambiaría todo, o podría develar una condición devastadora hasta el momento desconocida incluso para ti. En Lamentaciones 3:37 dice: “¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?”. Pero ante todo esto, no hay que llevarse las manos a la cabeza, sino sujetarlas de aquel que es verdaderamente poderoso para cambiar tu peor momento en tu mejor oportunidad. ¡Quien para cada Goliat ha provisto una piedra!


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