domingo, 6 de septiembre de 2015

¡A su tiempo!

Cuando se diluye la esencia en el brillo del parecer, solo quedan apretadas lentejuelas en el traje que ciñe al ser. En el mundo donde ciertos espejos solo aceptan el rigor de lo tradicional y los cerrojos únicamente abren con la llave del standard aceptable, los diseños de moda son vistos como disfraces de mal gusto. Allí la innovación es una interrupción que reduce la pasarela de las ofertas a un callejón sin salida; mientras, las bodas bien planeadas se convierten en fiestas de disfraces para encubrir pactos nocturnos, vínculos que la sangre desligará. Pero Dios, que diseñó tu ropaje, exhibirá tu luz, entonces el extraño confeti será radiante y risueña lluvia, y la verdad, en su reloj digital, acorralará a la injusticia en el ángulo de sus implacables manecillas. 

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