Defiende tu corona

En los primeros versos de la biblia donde aparece la palabra Corona hace referencia al rey Saúl en 2 Samuel 1 10

Y me preguntó: ¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita. El me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
2 Samuel 1:8-10

Al enterarse de esto David entristeció y ayuno por la muerte de Saúl y Jonathan y condenó a aquel amalecita por no tener el temor de matar a un ungido de Dios.

David había tenido una relación muy estrecha con el rey Saúl fue su paje de armas y reconocia su posición en el reyno y aún así, no procedía a dar consejos, al momento de ver atormentado al rey el procedía a entonar alabanzas con su arpa.

Recordemos que el rey David era descendiente de la tribu de Juda que destacaban por su alabanza y los Salmos del rey David son cantos e himnos de Alabanza al señor.

Dijo en su salmo 8

¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles,Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;Todo lo pusiste debajo de sus pies:

Salmos 8:4-6

Este mismo salmo es presentado más adelante en el nuevo testamento En hebreos 2:9

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. 

Osea que el reyno que en algún momento en el tiempo de David era la potestad del hombre sobre la creación, ahora a través, de cristo es la "santificación de todos a través de su padecimiento". Recordemos que cristo fue coronado con corona de espinas por nuestra causa.

Para entender sobre esta relación entre la angustia del rey saúl y la pérdida de su corona vamos al libro de Job.

Job reconoce este reyno espiritual y la tribulación que está atravesando 

Me ha despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabeza. Job 19:9

Job no era un rey, más sin embargo menciona la palabra corona, ni tenía ejército, era un hombre prospero y que vivía en abundancia y bendición, pero es increíble como él habla sobre su padecimiento.

Vinieron sus ejércitos a una, y se atrincheraron en mí, Y acamparon en derredor de mi tienda. Job 19:12

Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; Forastero fui yo a sus ojos. Llamé a mi siervo, y no respondió; De mi propia boca le suplicaba. Mi aliento vino a ser extraño a mi mujer, Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba. Aun los muchachos me menospreciaron; Al levantarme, hablaban contra mí. Todos mis íntimos amigos me aborrecieron, Y los que yo amaba se volvieron contra mí. Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos, Y he escapado con sólo la piel de mis dientes. ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí! Porque la mano de Dios me ha tocado.

Job 19:15-21

Es más que evidente que Job atravesaba por angustia, tristeza y depresión, tengamos en cuenta que el era un hombre de gran fe, y esto era difícil para él.

El testimonio del mundo ofrece su propia terapia más nosotros debemos reconocer nuestro Linaje.

Proverbios 31

1 Palabras del rey Lemuel, oráculo que le enseñó su madre. 

2 ¿Qué, hijo mío? 

          ¿Qué, hijo de mis entrañas? 

          ¿Qué, hijo de mis votos? 

3 No des tu vigor a las mujeres, 

          ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. 

4 No es para los reyes, oh Lemuel, 

          no es para los reyes beber vino, 

          ni para los gobernantes desear bebida fuerte; 

5 no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, 

          y perviertan los derechos de todos los afligidos. 

6 Dad bebida fuerte al que está pereciendo, 

          y vino a los amargados de alma. 

7 Que beba y se olvide de su pobreza, 

          y no recuerde más su aflicción. 

8 Abre tu boca por los mudos, 

          por los derechos de todos los desdichados. 

9 Abre tu boca, juzga con justicia, 

          y defiende los derechos del afligido y del necesitado

Pedro da un certificado de nobleza a todos nosotros otorgado por el sacrificio de cristo 

1 Pedro 2:9 

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable 

Que más adelante en Apocalipsis es reafirmado por Juan

“REYES Y SACERDOTES” 

 Apocalipsis. 1:6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Las batallas que libramos en la actualidad por defender este reino son en un plano espiritual, a veces son tan arduas que nuestro cuerpo y mente reflejan esas heridas como enfermedades y estados depresivos.

Efesios 6:12 

Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.

Por lo tanto esa corona que nos corresponde de por Linaje escogido también goza de un reino y riquezas que merecen ser defendidas 

2 Corintios 10:4-6

4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

Este Linaje no nos hace intocables, todos estamos expuestos a padecer 

Eclesiastés 9:2 

A todos les sucede lo mismo: Hay una misma suerte para el justo y para el impío; para el bueno, para el limpio y para el inmundo; para el que ofrece sacrificio y para el que no sacrifica. Como el bueno, así es el pecador; como el que jura, así es el que teme jurar

Pero existe una diferencia de como afrontar los problemas y circunstancias 

Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman.

En otra versión dice 

Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.

Es muy normal encontrarnos con amigos sumidos en el mundo dándonos consejos vulgares sobre cómo enfrentar nuestras situaciones, nunca falta aquel amigo que te dirá no te preocupes hay vida después del divorcio, o el que te invite a un prostíbulo o a beber para olvidar, pero que es lo que dice la biblia de esto

¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino! He aquí, Jehová tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y como torbellino trastornador, como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza derriba a tierra. Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín.

Isaías 28:1-3

Sin mencionar  las amonestaciones que están en el libro del Deuteronomio a los que rechazan a Dios pero eso lo dejo de tarea para ustedes

Para finalizar ese reino espiritual tiene su reflejo o manifestación física para nuestro deleite, aquí en la tierra

Adorno de gracia dará a tu cabeza; Corona de hermosura te entregará.
Proverbios 4:9

La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos.
Proverbios 12:4

Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres.
Proverbios 17:6

Porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?
Proverbios 27:24

Ese reino que tu gobiernes podrá ser heredado a tus futuras generaciones

Ama a Dios con todo tu corazón, alma y mente; y no olvides que como consecuencia lógica estarás amando a tu prójimo también; y por ende estarás cumpliendo todo el deseo de Dios. Mateo 22.37-40