Generalmente cuando comparto piezas de mi guardarropas, están en perfectas condiciones a pesar del tiempo. De igual modo sucede con mis experiencias, han conocido mi piel, mis pesares y sudores y al compartirlas encajan perfectamente en la situación de alguien. Las experiencias nos cubren del frío de las dudas, añaden color a nuestras citas con la adversidad, y con aire elegante disimulan nuestros temores.
Hoy ataviado de valor, acomódate en el sofá de antaño, para ver el justo juicio de los años. Y Biblia en mano, sonreirás con destreza evadiendo las cínicas presiones con ecuánime certeza, porque quien se viste de amor de los pies a la cabeza, no comete torpezas, ni resbala ni tropieza, porque con el amor de Dios lo que no se compone se endereza!
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
jueves, 21 de agosto de 2014
¡Bien vestidos!
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