La fe toma decisiones concisas cuando la palabra de Dios llega de manera precisa al corazón. De allí fluye un manantial de fortaleza y firmeza extravagante, que sólo proviene de Cristo. Un creyente débil nunca impresionará a su entorno.
Necesita ser saturado del poder de Dios. Hay muchos creyentes debilitados en la fe, actuando como sobrevivientes, enfocados en sus limitaciones, y así son vistos por otros. Dios te está llamando a vivir la fe vigorosamente y de manera victoriosa. En tu debilidad, las fuerzas de Dios se erigen activas y visibles.
En tu peor día, en tu hora crítica, en tu momento más bajo, no importa donde estés, si estás con Dios, andarás sobre toda potestad, principado y señorío. ¡Y si Dios está contigo, todo lo puedes en Cristo! l
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
domingo, 24 de enero de 2016
¡Llamado divino!
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