La fe toma decisiones concisas cuando la palabra de Dios llega de manera precisa al corazón. De allí fluye un manantial de fortaleza y firmeza extraordinaria, que sólo proviene de Cristo. Un creyente débil nunca impresionará a su entorno. Necesita ser saturado del poder de Dios. Hay muchos creyentes debilitados en la fe, actuando como sobrevivientes, enfocados en sus limitaciones, y así son vistos por otros.
Dios te está llamando a vivir la fe vigorosamente y de manera victoriosa. En tu debilidad, las fuerzas de Dios se erigen activas y visibles. En tu peor día, en tu hora crítica, en tu momento más bajo, no importa donde estés, si estás con Dios, andarás sobre toda potestad, principado y señorío. ¡Y si Dios está contigo, todo lo puedes en Cristo!
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
miércoles, 26 de octubre de 2016
¡Llamado divino!
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