No dudemos ni por un momento que la palabra de Dios contiene verdades absolutas que se cumplen con un clic de fe. Su palabra es sanidad y bendición para todo creyente. Por ello la oración de fe reduce la ansiedad y acorta las distancias entre nuestra necesidad y la provisión divina. En Juan 15 nuestro Señor Jesús declaró: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho”. Era una manera de decirle a sus discípulos, si tu fe no mengua, ni tu osadía cesa, si nada puede separarte de mí, estarás cerca de todo lo mío, a la distancia de una oración para cambiar tu mundo. Entonces recuerda que, las oraciones de desierto no producen milagros de paraíso, ¡cree con todo!
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