Todos, sin excepción, somos como polvo que lleva el viento en un solo aliento. Como dice la canción, cierras los ojos por un instante y al abrirlos, ¡ese instante se fue! Nuestra pasajera vida, así deje cimientos o rastros, ¡son consumidos cuando el tiempo camina sobre ellos! Y alguien, sin mayores méritos, podría hasta superar en popularidad y extravagancia lo que cincelaste con disciplinado sacrificio.
Pero si quieres ver días grandes, felices y eternos, comienza a caminar con Jesús, ve tras su legado infinito, cruza desiertos y mares, traspasa corazones, abre puertas, limpia ojos ciegos, y te elevarás sobre el polvo del camino. ¡Cuando llegues a la cruz y dejes allí lo que debe morir, podrás cambiar las sandalias por alas y los sueños por bendiciones!
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
martes, 25 de julio de 2017
¡Camina con Jesús!
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