jueves, 29 de octubre de 2015

Tesoros del alma

Desde génesis Dios notó que el hombre no debería estar solo, pues aun estando en amistad con Él y lleno de toda bonanza del huerto del Edén, la soledad estaba atacando duramente a Adán, por lo que Dios le proveyó la ayuda idónea para la vida, su mujer Eva. Efectivo en solucionar la necesidad del hombre, lo hizo feliz; a partir de ello su vida tuvo un repunte. Por ello no debemos pretender llenar nuestra alma de cosas que solo abultan el ego, el cuerpo, las bóvedas y las casas; es hora que la llenes de gozo, de reales amigos, de la miel del verdadero amor y sobre todo del Espíritu del verdadero Dios. ¡Esta verdad siempre te hará libre! 

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