martes, 17 de mayo de 2016

¡Cuestión de tiempo!

 La mejor de las lupas está hecha con el cristal de los años, pues el tiempo es el visor en el que el eterno Dios y Padre nuestro ha escogido para que observemos lo que solo se asimila con paciencia. Los años forman un crisol infalible que evidencia el fruto, las ranuras, las raíces, los motivos, las verdades, las mentiras, y que separa el trigo de la paja como el viento de Aquilón. Millones de voces dijeron “es cuestión de tiempo” cargando a los años lo que nunca salió de la mano del Omnisciente. Simplemente el reloj es el medidor de nuestra resistencia, orgullo, prepotencia, ignorancia, terquedad o amor que todo lo soporta. Siempre será nuestra elección cortar el árbol, que la rama florezca o que el fruto se pudra. 

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