La sobriedad es asunto de conciencia, es la necesidad de mantenernos libres de elementos embriagantes y contaminantes que te desenfocan de tu propósito. La sobriedad espiritual y física están revestidas con la seguridad y paz que se obtiene en la presencia del Señor.
Es la virtud de quienes creen en la disciplina, la responsabilidad y la prudencia; la coherente articulación de nuestras palabras, los niveles de sabiduría usada en nuestras decisiones y la paciencia aplicada en las crisis de la vida la hacen manifiesta.
Por ello necesitamos ser libres de ansiedades, temores, turbación e inseguridades.
Es imperativo que Dios tenga el control de nuestras vidas ante lo que podemos impedir y nosotros el dominio de nuestra mente ante lo que hemos de dar cuenta. ¡La sobriedad es la clave de la paz! l
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
jueves, 23 de enero de 2014
¡Sobriedad!
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