Generalmente cuando comparto piezas de mi guardarropas, están en perfectas condiciones a pesar del tiempo. De igual modo sucede con mis experiencias, han conocido mi piel, mis pesares y sudores y al compartirlas encajan perfectamente en la situación de alguien. Las experiencias nos cubren del frío de las dudas, añaden color a nuestras citas con la adversidad, y con aire elegante disimulan nuestros temores. Hoy ataviado de valor, acomódate en el sofá de antaño, para ver el justo juicio de los años, y Biblia en mano, sonreirás con destreza evadiendo las cínicas presiones con ecuánime certeza, porque quien se viste de amor de los pies a la cabeza, no comete torpezas, ni resbala ni tropieza, porque con el amor de Dios lo que no se compone se endereza!
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