Se dice que la mayoría del agua encontrada en el universo puede haber surgido como derivado de la formación de estrellas, que expulsaron sus vapores acuosos al explotar.
Es también sabido que Jesús nos llamó “luz del mundo”, el vector oficial, el prototipo, ejemplo en medio del caos, corrupción y tinieblas de ignorancia. Se deduce de esto, que somos su expresión terrenal, su voz, sus testigos, su cuerpo.
¡Esa luz es el conocimiento de la verdad, agua que quita la sed, su palabra viviente en nosotros.
Por ella brillan impecables las lumbreras, corren alegres los ríos al mar y el universo late sin sobresaltos! Fuente de vida abundante y eterna. Cuando te sientas apagado, insípido, derrotado: bebe de sus cascadas y de sus corrientes emergerás resplandeciente! l
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
domingo, 27 de marzo de 2016
¡Bebe!
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