La vida es un evento a cuatro estaciones, colgando de los cuatro vientos de la tierra, haciendo un recorrido en los cuadrantes del reloj de nuestro propósito. Mientras existes Él sostiene el cronos, o tiempo terrenal; protege el tiempo útil de nuestro cerebro, mueve los tiempos de cuanto vive hasta vaciarlo como arena en su kairos, o tiempo de su voluntad, sabe de antemano cuánto tardaremos para despertar, reaccionar, comprender, y hasta donde resistiremos una prueba.
Para Dios un día es como mil años y mil años como un día. Nos hizo, nos entiende, nos ama. Hace que el significado de lo que nos promete, supere el dolor de la espera, y con sólo una bendición nos da una eternidad en medio de los días contados de este viaje terrenal.
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
miércoles, 30 de marzo de 2016
¡Tic Tac Toc!
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