“Cuando llegue ese día, volverás a ser polvo, porque polvo fuiste, y el espíritu volverá a Dios, pues él fue quien lo dio”, Eclesiastés 9:7.
Por muy tarde que nos parezca, un día seremos requeridos por el Señor; creamos lo que creamos o no creamos en absoluto, sucederá. Habremos de rendir cuentas por cada acción e intención, en Su tribunal todo es tomado en cuenta, y las cuentas se contabilizan en obras de amor.
Dios te dio “el espíritu”, ¿...para qué lo usaste? Mientras tanto la Tierra gira y el reloj la persigue disciplinadamente. He aquí que lo que llamamos “tarde” es dejar pasar el ahora y lo que llamamos “futuro” es el polvo convertido en barro, tú. ¡Ama, capitaliza el hoy para la eternidad!
Son para ti, la que dice que nunca estoy, pues si me voy es porque te quedas con Dios...
miércoles, 15 de junio de 2016
¡Obras de Amor!
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