Hoy os presentamos otro de nuestros juegos de ingenio favoritos, el Juego de las Onomatopeyas.
Todo un desafío para discernir dónde es adecuado la utilización de cada una de las distintas onomatopeyas.
Las onomatopeyas es el lenguaje internacional de comunicación, sin fronteras. Los ruiditos, los sonidos de nuestro entorno en estado puro, lejos del simbolismo abstracto. Una forma de expresar sonidos, sentimientos y situaciones sin conocer un idioma concreto.
Aunque hay algunas excepciones, como los besos. Las onomatopeyas de los besos son:
Bueno, vale. No es tan fácil. Si quieres jugar a pantalla completa pulsa aquí.
Todo un desafío para discernir dónde es adecuado la utilización de cada una de las distintas onomatopeyas.
Las onomatopeyas es el lenguaje internacional de comunicación, sin fronteras. Los ruiditos, los sonidos de nuestro entorno en estado puro, lejos del simbolismo abstracto. Una forma de expresar sonidos, sentimientos y situaciones sin conocer un idioma concreto.
Aunque hay algunas excepciones, como los besos. Las onomatopeyas de los besos son:
- Mua en España
- Smooch en english
- Chuik en Argentina
- Schmatz en germany
- Smack en Francia
- Cupp en Hungría
- Johk en Korea
- Chuu en japón,...
Bueno, vale. No es tan fácil. Si quieres jugar a pantalla completa pulsa aquí.
¡Qué etapa la del colegio! Años, lustros, décadas dedicadas al estudio y a la memorización. ¿Para qué? Para hacernos hombrecitos. Memorizar tantos conceptos, tantas palabrejas que muchas veces es difícil pensar que fueramos capaces de ello. Palabrejas que por falta de uso olvidamos allá en lo profundo del hipocampo. Sí, nos suena, pero no conseguimos evocarlas en el momento adecuado.
Son muchas las figuras literarias, polisíndeton, hipérbaton, epífrasis,... Seguro que usamos muchas en nuestros escritos, aunque no recordemos el nombre más o menos ostentoso. Incluso de pequeñitos ya teníamos palabrotas como onomatopeya. Palabra que nunca olvidaremos su significado gracias a nuestros trucos mnemotécnicos, como en este caso, un chiste, uno de Jaimito. Inolvidable.
Si los profesores usaran este tipo de trucos de memorización harían que los niños recordaran mejor los conceptos, amén de las risas que se pasarían. De esta manera habría momentos de ruptura entre tanto tedio y seriedad.
- A ver Juanito, dime una frase con onomatopeya.
- El gato en la ventana decía miau.
- Muy bien. Ahora tú, Luisito.
- El gallo nos despierta con su kikiriki.
- Perfecto. Ahora tú, Jaimito, una frase con onomatopeya.
- Estaba yo jugando enmedio de la calle y de pronto viene un coche y dije: "Oh, no, me atopeya"
La memoria humana es así, asociativa y que mejor forma que crear una asociación cómica. A nosotros, por ejemplo, siempre que leemos la palabra onomatopeya, se nos viene el chiste a la cabeza, además de la consiguiente sonrisa. Sonrisa que nos hace un poquito más felices.
Cuando queráis podéis visitar nuestro blog de juegos de ingenio, el lugar de encuentro de mentes inquietas.
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