jueves, 8 de mayo de 2014

Su corazón

Nadie puede quitarte lo que no tienes. Cuantas veces andamos por ahí nerviosos, ansiosos por tener, atesorar, almacenar, para luego convertirnos es esclavos de nuestras posesiones. Nadie tampoco puede regalarte lo que sólo Dios puede darte, pues toda buena dádiva y todo don perfecto viene del Señor. Nuestros tesoros, nuestras bendiciones perfectas como nuestras metas a alcanzar y nuestros sueños, en las manos de Dios están. Nadie puede añadir a su estatura un codo, ni forzar los cielos ni cambiar el pasado, ni retener por mucho tiempo lo que no es suyo, el sistema de ajuste de cuentas de la vida, retribuye o resta a perfección. ¡Busca de Dios la justa retribución, su mano es justicia, prosperidad, y protección! ¡Su corazón es gracia y abundante provisión!


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