miércoles, 14 de mayo de 2014

¡Te sostiene!

Cuando la verdad deja de ser fuerte, la fe se quiebra cual rama de otoño, el aire pierde su fuerza, no lleva la hoja que cae ni acompaña la lluvia, el color se nubla en la pupila y, los sonidos son secos golpes que rasgan la mente. Los versos salen desnudos y las nubes peregrinas llegan huecas, arrastrando vana distancia. Pero aun así recuerda que Dios está junto a ti cada segundo de cada día, triste o vacío, que es tu respirar mientras andas el valle de sombra de muerte como en el clarear de la mañana. Cuando el hastío te mienta y el desvarío te aconseje, recuerda que Jesús te sustenta, no se duerme, no se aleja y no se olvida, aquel que tu alma cuida!


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