lunes, 25 de enero de 2016

¡Pagará tu rescate!

Como si perdiera la memoria de los hechos, o mutilara su capacidad de sufrir, o no se viera en gran riesgo su honra y su nombre; como aquel que se hace de la vista gorda y deja de lado que vio las consecuencias inevitables y lamentables; como si no hubiese nadie más para rescatarte, así el amor, todo intenta, todo lo sufre, todo lo soporta. El salmista lo expone con iluminadas palabras: “Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen”, Salmo 103.13. ¿No sabes hasta qué punto Dios está dispuesto a pagar por tu rescate? No temas, Jesús no es solamente tu mejor oportunidad, Él es tu única salida. ¡Tu problema solo encaja en sus manos! 

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