Un investigador de la UNAM en colaboración con un físico estadounidense y con el patrocinio del Departamento de la Defensa de Estados Unidos, se encuentra en la última fase del perfeccionamiento de un dispositivo que permitirá detectar cáncer de mama o de próstata, virus del papiloma humano, hepatitis C o bacterias, utilizando la cámara de un celular.
No es ficción. Las pruebas se han desarrollado positivamente al identificar en muestras controladas de laboratorio, el virus de la influenza AH1N1.
Actualmente se lleva a cabo el proceso de patentes tanto en México como Estados Unidos, y posteriormente se buscará el aval de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y de la Federal Drugs Administration (FDA).
La investigación consistió en crear dos prototipos para realizar un diagnóstico molecular cuyo costo, en un futuro, sea de hasta 10 pesos.
Uno de los prototipos, es el de los llamados microarreglos de ADN de nueva generación, que son un grupo ordenado de muestras de genes reunidas en una superficie pequeña de vidrio, plástico o silicio en la que caben alrededor de 10 mil muestras por cada centímetro cuadrado.
Además, de un sistema de iluminación de escala mínima de forma tal que sea posible realizar análisis de saliva, sangre y orina por medio de un celular e identificar así genes patógenos.
Para este propósito, un lector óptico se añadirá al teléfono celular que aprovechará la cámara del móvil para convertirse en un lector de microarreglos de ADN portátil, accesible, de bajo costo y que permitirá acortar los tiempos de resultados preliminares a máximo un minuto. Actualmente este tipo de estudios tardan más de un día en ser procesados.
“Todo mundo tiene un teléfono móvil y el lector óptico permitirá leer un microarreglo de ADN para ubicar los marcadores genéticos de esas enfermedades. Será un auxiliar para la detección”, explica en entrevista Luis Vaca Domínguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM y responsable del proyecto.
Esta investigación lleva 10 años de trabajo y ha logrado reducir los tamaños del sistema de iluminación, pues si bien los anteriores eran portátiles ahora se adaptan a dispositivos móviles que caben en un bolsillo.
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El médico detalla que el sistema conjunta 10 tecnologías diferentes donde se encuentran los microarreglos, a los que podríamos también identificar como chips especializados a los cuales se les inyectará la saliva o sangre para ser leídos por un sistema que detonará un tipo de luz particular llamado fluorescencia y así identificar la presencia de virus o mutaciones.
El equipo del tamaño de una grabadora portátil se acoplará a la cámara del teléfono celular y leerá la señal del vidrio del microarreglo, que se ve como un grupo de puntitos; cada uno de ellos es un gen. De este modo se puede detectar cuáles están alterados en sangre, orina o tejidos de pacientes.
Los microarreglos son herramientas útiles de la biología molecular y las ciencias genómicas, que facilitan el análisis simultáneo de miles de genes en pequeños espacios.
Hacia finales de los años 80 se crearon estos dispositivos para leer de manera simultánea miles de genes de un organismo en un solo experimento.
El especialista sabe que la validación ante Cofepris es un proceso largo porque se requieren pruebas clínicas en las que, por ejemplo, se detecten virus por otros métodos tradicionales, y luego, al utilizarse estos nuevos dispositivos, se confirme el mismo resultado.
“La idea es que uno pudiera ir con su médico y en el consultorio pudiera tener esta tecnología de marcadores moleculares para identificar el virus de hepatitis, VIH o herpes”, indica.
El objetivo es abaratar los costos con una producción masiva, de tal forma que el estudio del microarreglo cueste 10 o 15 pesos, explicó el investigador Luis Vaca Domínguez.
Vía | Vanguardia
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