¡Enfócate!

En Hebreos 12:2 aprendí una lección revolucionaria, dice: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Al enfocarnos intensamente en “quien” es nuestro bien y objetivamente en nuestras metas, se produce un efecto semejante al rayo láser, que traspasa cualquier material. ¡No importa lo abatido que esté un hombre, cuando su alma se determina a ser invencible, aun el dolor se convierte en un aliado para la victoria! Cuando tomes las oportunidades de la mano y las lleves al escalón hasta donde desees estar, vencerás. Solo hay un paso más titubeante al andar que el de un inseguro, es el de un distraído. Enfoque es el lugar donde la fe nos sostiene, mientras la gloria espera por nosotros!