No es cosa fácil mantener tu punto de vista en un mundo cambiante y ambivalente, donde las corrientes políticas, tecnológicas, religiosas o informativas, se imponen desafiantes. Necesitamos identidad y mucha seguridad para sostener cualquier postura, porque para muchos, todo es cuestión de perspectiva, o sea la interpretación del observador desde un punto “x” en el espacio de su cosmovisión. Un ojo único abarcando la panorámica. David oró así: “Desde los confines de la tierra te invoco, cuando mi corazón desmaya. Llévame a la roca que es más alta que yo”. Salmos 61:2. Dios es nuestra roca y mayor referente, ese lugar desde donde el Diablo no pudo tentar a Jesús, el pináculo del amor y la verdad absoluta, su Palabra, la más alta perspectiva, porque todo, Escrito está!
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