viernes, 11 de noviembre de 2016

¡Corona de fe!

Soy de esas que no se siente cómoda en ningún ring, pelear no es lo mío, pero he tenido que hacerlo y aprendí que no siempre podremos ser selectivos con nuestras batallas, o das la cara o te anulan, te acribillan y te eliminan por completo.  Aunque me identifico con los pacificadores, he tenido que enfrentarme a mis temores, mis peores enemigos, a mis limitaciones y a terribles gigantes. Antes temblaba, ahora cruzo la línea coronada de fe y empuñando triunfos. Todo, luego de entender que el Omnipotente es todo lo que necesitamos. Tus miedos siempre serán mayores que tus riesgos, y tus enemigos menores que tu defensor y aunque la mejor pelea es la que no se tiene, la mayor victoria es la que obtuvimos orando, creyendo y confiando. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario