domingo, 20 de noviembre de 2016

¡En mis alturas!

En los fuertes el desaliento provoca soltar, cerrar etapas, borrar recuerdos, condenar puertas y abrir el horizonte con la mirada, poner luz al futuro con las palabras y una escalera a los sueños con la fe. Toda alma sabe que Dios nos entregó la capacidad de resurgir, volver a empezar, soñar y creer nuevamente. Sin embargo, un sueño fuera de lo común sólo se realiza con una fortaleza fuera de lo común, esa que sólo da la gracia de Dios en nuestras vidas!

Habacub, el gran profeta hebreo, dijo: “El Señor, es mi fortaleza; y me hará andar sobre alturas”. Ser fuertes es no vivir de las apariencias que se sostienen de la vanidad, es asumir su voluntad, de modo que nuestra altitud siempre requerirá de una actitud de fe. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario